Utilizando un espacio al que se accede a través de significantes como #tomalaplaza, #spanishrevolution, #nolesvotes, las personas se han ido adhiriendo desde variopintos lugares de red, facebook, twiter, foros… y han hecho una puesta en escena común en las plazas de las ciudades, pasando de decir cada uno su opinión a tener que asambleariamente consensuarla.
Es en este punto en el que creo, que deslizandose del uno a uno, a un todo, se desvincula de lo nuevo, lo cuál me lleva a varias preguntas que me inquietan. ¿Este movimiento iniciado desde una plataforma nueva, esta siendo absorbido por estructuras clásicas?, ¿por qué del contar uno por uno, se pasa a “todos unidos”, bajo el significante indignación? Voy a poner las ideas que se me ocurren: lo llaman en las plazas revolución, pero la revolución es “el cambio o transformación radical y profunda respecto al pasado inmediato”, esto lo vi con la aparición de facebook, o cuando la gente empezó a descargarse de forma masiva música y cine, algo que se intenta controlar pero resulta imparable, sin embargo no veo la inmediatez ni la transformación profunda y radical en esta ocasión del 15M. Con esta reflexión me surge la pregunta: ¿Por qué esta revolución necesita tomar la calle, si justamente lo revolucionario está en la red?, es en este punto en el que sí veo parecidos con otra definición: movimiento social espontáneo, de carácter violento y opuesto a alguna figura de poder: sí es espontaneo, sí hay en común la oposición a las figuras de poder, no son violentos, pero la crispación que provocan está por ver.
Es un movimiento que habrá que escuchar más allá de la queja.
Laia Gil